Por Maribel Orgaz
Aunque los madrileños lo conocen por el Ciprés Calvo, en realidad es un taxodium, un árbol mexicano. Se dice que tiene más de 400 años y que se usó como apoyo para disparar los cañones durante la invasión francesa. Según parece, se plantó en 1633 y las semillas se trajeron de América. Es un árbol magnífico cuya copa en invierno adquiere un color cobrizo, que no pierde todas sus hojas, sólo se aclara para que pueda pasar la luz solar. Pero en primavera vuelve a reverdecer. Rodeado de una verja de protección, este árbol es, realidad, muy joven, puesto que se conocen otros de su especie de más de dos mil años. Está situado junto a la entrada al Parque del Retiro por la calle de Alfonso XII. El acceso es gratuito y el horario para poder visitarlo es el del Parque del Retiro, en donde se ubica: Invierno: lunes a domingo de 6h. a 22h.- Verano: lunes a domingo de 6h. a 24h